Los paisajes y la naturaleza en general no son más que una huida fuera del tiempo. De ahí la sensación de que nada ha existido jamás cada vez que nos entregamos a ese sueño de la materia que es la naturaleza.
—E.M. Cioran, De lágrimas y de santos.
Las imágenes fotográficas de los paisajes que circulan en productos de consumo, medios publicitarios, guías turísticas o bibliografía de consulta, presentan elaboradas construcciones visuales de entornos vastos e inhóspitos. Las imágenes motivan el deseo, nos hacen querer estar presentes y tener el privilegio de vivir el lugar en su dimensión sensorial. Pero este proceso ocurre en un plano de la imaginación; suponemos cómo podría ser estar ahí: el clima, la atmósfera, los colores, la coexistencia de elementos. Aunque la imagen construida defina con claridad sus aspectos narrativos (las montañas, los ríos, los bosques, las nubes), el paisaje ocurre para cada sujeto de manera diferente, según su posibilidad de elaborar una experiencia del entorno mediada por sus recuerdos, anhelos o temores.
Esta serie es el registro fotográfico de intervenciones pictóricas sobre fotocopias de paisajes idílicos tomados de cartillas turísticas y libros de geografía. Las manchas abstractas resultantes del ejercicio aluden al test de Rorschach: examen psiquiátrico para definir la personalidad del individuo según su interpretación de las formas. La condición de poder ser concebidas de múltiples maneras, hace de estas manchas una proyección del observador que, con su mirada particular y su reflejo sobre éstas, imagina diversas experiencias del espacio ofrecido.